Las autoridades de ocupación israelíes han aprobado la construcción de 19 nuevos asentamientos en la Cisjordania ocupada, una medida descrita como una “escalada peligrosa” y una flagrante violación del derecho internacional, en medio de advertencias de amplias repercusiones políticas y de seguridad para la región.
La decisión es una extensión de una política sistemática de asentamientos que históricamente ha dependido del apoyo financiero y político externo, liderada por instituciones sionistas que han desempeñado un papel fundamental en la financiación de la inmigración judía y la construcción de asentamientos, más notablemente el Fondo Keren Hayesod, que se estableció en 1920 para ser el brazo financiero del movimiento sionista.
Según datos históricos, desde su creación, el fondo ha financiado la inmigración de millones de judíos a la Palestina ocupada y ha contribuido al establecimiento de cientos de asentamientos y proyectos de infraestructura que formaron el núcleo de la entidad israelí, gracias a donaciones de judíos y cristianos de todo el mundo.
Informes israelíes indican que el fondo intensificó sus esfuerzos de recaudación de fondos durante la guerra en la Franja de Gaza, recaudando cientos de millones de dólares bajo la apariencia de proyectos humanitarios y de desarrollo. Sin embargo, datos de derechos humanos confirman que estos fondos contribuyen efectivamente a apoyar los asentamientos y consolidar la ocupación.
Hoy en día, aproximadamente 750.000 colonos viven en la Cisjordania ocupada, incluidos 250.000 en Jerusalén Oriental, sometidos a ataques diarios destinados a desplazar por la fuerza a los palestinos. Los observadores advierten que el ritmo acelerado de la construcción de asentamientos está socavando definitivamente cualquier posibilidad de establecer un Estado palestino geográficamente contiguo.
Source: Anadolu (traducido por el sitio de Al Manar en español)



